# 18 Textos de Noemí Castiñeira, Sandra Cisternas, Dolors Arasanz y Elena Serna
Editorial
Con este número #18 concluimos esta serie preparatoria de la primera Jornada de la FCPOL. Casi cuarenta textos y una estupenda serie de entrevistas y referencias bibliográficas, reunidas en esta Newsleter por Marta Maside como editora, más el tejido trenzado en las redes sociales por Yudmila Lima y Noemí Castiñeira, han abonado el terreno para el encuentro que se aproxima. Esta noche a las 24 horas concluirá el plazo límite para la inscripción...si es que aún quedan plazas! Y en cuarenta y ocho horas nos encontraremos en Madrid con colegas venidos de todo el país y también de otros lugares de Europa y Latinoamérica, junto con muchos interesados de la ciudad, para esta apasionante jornada de trabajo.
Como noticia de última hora, podemos anticipar la presencia en el acto de apertura de Javier Barbero, Concejal por la formación política de Ahora Madrid, Miembro de la Junta de Gobierno, Delegado del Área de Gobierno de Salud, Seguridad y Emergencias y responsable del programa "prevención de la soledad no deseada", cuya coordinadora, Sandra Candelas, participará en la Mesa de debate "Lugares para el vínculo".
Bienvenidos, ya les estamos esperando!
Andrés Borderías
LOCURAS: POLÍTICAS DEL LAZO SOCIAL
Noemí Castiñeira Amézaga
“A fin de cuentas no hay más que eso, el vínculo social. Lo designo con el término de discurso...”. Jacques Lacan
¿Qué significa la fórmula lacaniana “el psicótico está fuera del discurso”?
El psicótico es aquel sujeto que testimonia, más que ningún otro, la existencia de la lengua privada. Denuncia abiertamente con su increencia e ironía lo que de semblante comportan las instituciones sociales, más allá de su función de acotar el goce y así permitir el lazo social. Es aquel que nos presenta un cuerpo fragmentado, un relato que a veces es difícil comprender, que dinamita la división de géneros con su particular empuje a La Mujer. Genera muchas veces toda una gama de alteraciones en el orden social: Con frecuencia le resulta difícil sostener un trabajo, deja de asearse, y puede tanto producir altercados en el ámbito familiar y vecinal, como encerrarse en su habitación o incurrir en un deambular errático.
Freud es el primero que intenta teorizar este desenganche cuando plantea la retracción de la libido como lo más característico de la psicosis.
Pero no queda ahí la cuestión y con su finura clínica nos pone en la pista de este tema planteando una diferencia de estructura: "lo rechazado en el interior retorna desde el exterior”, o para decirlo con Lacan, el retorno en la psicosis no es desde lo Simbólico sino de lo Real. Esto puede dejar en el lenguaje varias marcas que producen una lengua privada: tomar la palabra por la cosa y ser hablados por otros son algunos de los modos en que Freud dio cuenta de este efecto.
Sin irnos de Freud ubicamos que el delirio es un intento de curación, pero ¿de qué se cura el psicótico? Si la salud mental es definida por la capacidad de amar y trabajar, es decir, de poner en circulación con otros las pulsiones, el deseo y el goce, el psicótico intentará vía la metáfora delirante como suplencia, estabilizar un lugar que lo vincule en lo social, apaciguando lo real pulsional. En este sentido el delirio deja de ser síntoma de la enfermedad para convertirse en parte de la solución.
El sujeto psicótico, cuyo inconsciente se halla a cielo abierto, se queda sin el auxilio de ningún discurso establecido. Está solo, con su lengua privada.
El desenganche con el otro, la dificultad de hablar la lengua pública, la desvinculación social, son las grandes preocupaciones que podemos encontrar en el tratamiento con el paciente psicótico en las instituciones.
Estas preocupaciones son recogidas por las políticas de Salud Mental, cargadas de voluntad de cuidar y hacer el bien, pero, como sabemos, a las buenas intenciones las carga el diablo. La política de Salud Mental en España no es ingenua a la hora de hermanarse con el discurso capitalista.
Si afinamos el oído podemos escuchar en los lemas de Federaciones y Fundaciones de Salud Mental de España cómo se consiente en ser portavoz de los grandes capitales. Campañas como “24X7. Esquizofrenia” están patrocinadas por famosos laboratorios farmacéuticos que producen la medicación que será prescrita a los destinatarios de dicha propaganda.
24X7 es un modelo de contrato en el que el trabajador se compromete a estar a disposición de la empresa 24 horas al día, 7 días a la semana. ¿Quién podría asumir semejante compromiso luego de tomar el cóctel farmacológico que estas mismas empresas empujan a consumir? Más allá que en el slogan no está explícito dicha pretensión, hacen pasar de forma velada un ideal de vida disfrazado de atención comunitaria.
Al mismo tiempo, estos mismos laboratorios pretenden que, bajo el significante ‘reinserción laboral’, sean los mismo locos los que trabajen en sus fábricas. Un fordismo despiadado a la altura del neoliberalismo actual.
A estos sujetos, que pusieron al Otro a distancia rechazando su lengua y sus soluciones, se los empuja a salir del lugar donde se resguardaron, para que convivan con el Otro social aun cuando les resulte, con tanta frecuencia, una amenaza.
Con la intención de sacar al loco de su soledad y vincularlo con lo social se implementa una política de inclusión guiada por significantes bienintencionados: rehabilitación, psicoeducación, reinserción laboral, empoderamiento. Incluimos aquí todas las versiones de lo auto: autonomía, autocontrol, autoayuda… que lejos de generar un vínculo con los otros, los dejan solos (como el prefijo lo indica), solos a la intemperie del todos por igual.
Es importante que el trabajo en instituciones de Salud Mental orientadas por el psicoanálisis no consienta a estos falsos modos de vínculo, y pueda escuchar uno por uno a cada sujeto en sus dificultades y soluciones particulares, acompañándolo en el saber acerca del propio goce y sus consecuencias.
Es más, y como consecuencia de lo anterior, apuntará a inventar instituciones a la medida del loco, donde no se lo pretenda adaptar a las exigencias de la uniformidad que esta sociedad impone. Para ello, son los psicoanalistas los invocados a aprender la lengua del psicótico, su lengua privada.
LA TRANSFERENCIA EN LA PRÁCTICA INSTITUCIONAL CON AUTORES DE VIOLENCIA DOMÉSTICA EN GINEBRA
Sandra Cisternas
En Suiza los actos de violencia domestica constituyen un delito que entran en el proceso judicial aún cuando las víctimas retiren la denuncia. Como se dice en francés, son “poursuivi d’office”, la sanción penal puede ir desde una orden de alejamiento, hasta la prisión. En algunos casos el juez puede determinar que el agresor o la agresora pueden beneficiarse de la libertad condicional bajo un régimen de “medidas de sustitución”. Entre las medidas prescritas se cuenta la obligación de seguir un tratamiento psicológico.
El Otro social a través de la sanción penal interviene sobre el posible aislamiento en el que alguno de los cónyuges habría podido quedar en una situación de estas características.
introduciendo una separación. Más allá de lo bien fundado o no de la generalización de la acción judicial, es un primer límite, fundamental, a la violencia. Recordemos el artículo de Hélène Bonnaud sobre la violencia conyugal. “El homicidio tiene lugar en la intimidad del domicilio, ahí donde cada uno piensa que en su casa está seguro, en confianza. Y es ahí donde surge lo inesperado, lo imprevisible que transforma la escena conyugal en una escena criminal. Eran dos y esos dos han virado al Uno. Uno que mata, uno que muere”.
A través de esta sanción el juez intenta restituir algo de responsabilidad subjetiva en relación al acto y algo más.
Soledad del acto judicial.
En la práctica constatamos que cuando las medidas de sustitución son otorgadas por los jueces, estas se basan, en su gran mayoría, en dos criterios: que no haya riesgo de reincidencia inmediata que ponga en peligro a terceros y que no haya riesgo de fuga. Estas medidas son otorgadas antes que los inculpados sean juzgados, son medidas que dictan una pauta de conducta que estos se comprometen a respetar.
Durante este tiempo se espera saber si estos sujetos representan o no un peligro para la sociedad. La acción del juez tiene entonces no solo una función de mantener o restablecer el orden social, el Otro social, en este caso, necesita algo más, necesita garantías de seguridad. En ese momento los jueces recurren a los expertos. El experto es quien determinará si hay o no riego de reincidencia. Se trata de evaluar, de calcular el grado de « peligrosidad » para reducir al máximo el riesgo.
En mi práctica y en el encuentro con algunos jueces me pregunto ¿qué es lo que se pierde en la evaluación? Se pierde el valor del acto judicial, la palabra del Otro se disuelve en la opinión del experto, como dice Alexandre Stevens “el título ya no otorga autoridad”. Pero, ¿saben ellos que para los sujetos que recibimos en Vires y con los cuáles será posible trabajar, la palabra y la sanción del juez tienen valor? tiene el valor de ser el primer acto que los vincula al Otro.
La obligación de tratamiento psicológico no tiene precisión, en general es una obligación que los jueces atribuyen sin saber ellos mismos lo que están indicando. El Otro judicial espera algo del tratamiento psicológico, una garantía de seguridad, que el acto de violencia no vuelva a ocurrir. Psicológico es una palabra que condensa a la vez la falta, la sanción y su corrección.
Algo se espera de nosotros, de los “psi” que aceptamos trabajar con sujetos bajo obligación penal, aún sin ser expertos.
Vínculo institucional
Vires es un centro psicoterapéutico único en Suiza de habla francesa que acepta trabajar con autores de violencia bajo obligación judicial. Para ello ha creado un dispositivo que incluye una convención establecida entre: el Poder judicial, el penal, el sujeto de la obligación y la institución « psi ». Sin ser una institución lacaniana, orienta su práctica por una ética del caso por caso y de la singularidad del encuentro.
No escapamos a la demanda del Otro judicial que pide garantías de seguridad, es decir saber si nuestros pacientes son potencialmente peligrosos. Pero no respondemos desde el lugar de expertos, aunque sí respondemos. Creamos espacios de diálogo, tenemos mucho cuidado de no dar respuestas definitivas, también dialogamos con los jueces, aquellos que están abiertos y con otras instancias de los dispositivos sociales, creamos talleres de trabajo: esta es nuestra manera de responder al Otro que desfallece y que pide garantías.
También cuidamos de no responder desde el lugar de supuestos expertos sobre la “violencia”, no tenemos todas las respuestas, pero si tenemos algo para decir, es un trabajo permanente y abierto a las invenciones.
Bajo transferencia
El encuentro con los pacientes comienza por el texto de la sanción penal, este no es abordado del lado de la culpabilidad, sin embargo este permite saber cuál es el consentimiento subjetivo con respecto a la obligación y cuál es el vínculo con el Otro de la ley.
Nuestro punto de partida es la precaución clínica, no tratamos la violencia a partir del acto, sabemos que el pasaje al acto es corte que no reenvía a lo reprimido, sino que más bien el sujeto está capturado en el goce Uno. Jacques Alain Miller en Jacques Lacan: observaciones sobre su concepto de pasaje al acto afirma: “En la cuestión del acto, primero hay que plantear la antinomia del pensamiento y del acto, y digamos aún, del inconsciente y del acto”.
El dispositivo permite en algunos casos tratar algo de lo ingobernable del goce a través del vínculo transferencial, encontrar en la enunciación un punto de detención del pasaje al acto:
M llega a nuestra institución después de algunas semanas de detención. M y su esposa han sido seguidos por más de 4 años por un servicio especializado en violencia familiar del hospital cantonal en Ginebra, el servicio de protección de menores también ha intervenido. La situación de M se agrava a causa de una agresión simple en la vía pública y una denuncia de violencia hecha por su esposa.
M se beneficia de las medidas de substitución, el primer encuentro se realiza según el procedimiento habitual, en presencia del “asistente de provation” que es quien establece el vínculo con el juez y el fiscal. Al comienzo está la obligación y no la transferencia. M no hubiera consultado nunca, sin embargo esto no es un obstáculo.
Durante las primeras entrevistas M desborda de cólera: cólera contra la justicia, contra el sistema, contra el servicio de protección de menores, contra su mujer que lo denunció, las sesiones están invadidas de una alegación contra las injusticias, su enunciado no deja lugar al dialogo, yo lo escucho sin tratar de calmarlo.
Después de un buen tiempo de trabajo me dice: “usted me soporta porque existe la obligación, yo estoy obligado a venir” a lo que le respondo: “yo no tengo ninguna obligación de escucharlo, ni de retenerlo, usted se puede ir si así lo decide”, esto introdujo una variación en los encuentros, el trabajo a Vires hace parte de la obligación pero no tenemos la obligación. Nuestro trabajo forma parte de la medida de sustitución, pero no del aparato judicial, M es libre de hablar.
Un día, cuando la cólera ya no invadía toda su enunciación y que el diálogo fue posible, me dice reflexionando sobre su vida: “yo siempre viví así, en la violencia, en la cólera, y desde que hablo aquí con usted puedo comenzar a pensar, antes no tenía las palabras para pensar”.
Hoy M hace uso del dispositivo como lugar al cual poder dirigir un llamado cuando la urgencia se hace presente. Llama para conversar, para saber si son las buenas palabras con la cuales hablar con el Otro social, si es una buena formulación.
Otros dan testimonio de lo insoportable del vínculo con el Otro de la pareja conyugal, de lo insoportable y destructor que es el lenguaje de este Otro. Así algunos van construyendo con el Otro, bajo transferencia, las estrategias de alejamiento que les permiten salir de su situación de aislamiento hacia una soledad posible.
Bibliografía.
1.- Newsletter, I Jornadas de la FCPOL.
2.-Lacan J, El seminario X, La angustia, Buenos Aires, Seuil2004, capítulo IX.
3.- Hélène Bonnaud, Sobre la violencia conyugal, BLOG ZADIG-ESPAÑA.
4.- Alexandre Stevens, La solitude moderne ou le chaque- Un tout seul, Conférence au Pont Freudien, Canada.
5.- Jacques Alain Miller, Jacques Lacan: observaciones sobre su concepto de pasaje al acto, Blog de la NEL Medellín.
|